La alergia ocular


Con la llegada de la primavera, muchas personas sufren los síntomas propios de la alergia en sus ojos, también conocida como conjuntivitis alérgica. Rojez, picor y lagrimeo, son las dolencias más comunes y son producidas como respuesta ante un agente que produce la irritación (alérgeno). Si la exposición se produce de forma continua, estas alergias pueden ser más severas, produciendo incluso ardor significativo y sensibilidad lumínica.

Como clínica especializada en oftalmología, debemos indicar que la primera medida para agravar esta situación es evitar el contacto directo con la sustancia que origina el problema. Es habitual que cada afectado sepa qué agente le afecta en mayor medida, aunque si esto no es así, es más que recomendable que acudir a un especialista para detectar con la mayor precisión posible la causa de su problema.



Los alérgenos, cuanto más lejos, mejor
Por regla general, el polen es uno de los alérgenos más comunes entre la población en general. Para estos casos, lo mejor es evitar exponerse al aire libre, dentro de lo posible, sobre todo en periodos con mayor concentración (por regla general, a la mitad de la mañana y a primera hora de la tarde) o cuando el viento pueda levantar polen alrededor suya. En caso de estar en el exterior, el empleo de gafas (de sol o no) puede reducir la entrada de polen en los ojos.

De otro lado, dentro de estancias interiores (como el coche o casa), el mejor método para prevenir la exposición es mantener las ventanas cerradas y activar el aire acondicionado (tanto como sea posible). De igual modo, debe evitar los ventiladores que pueden atraer alérgenos desde el exterior y mantenga limpios o revisados los filtros anti polen de su vehículo (se recomienda hacerlo una vez al año).

Si padece alergia al moho, lo mejor es que dedique esfuerzos a reducir la humedad dentro de su casa, tratando de mantener los niveles entre el 30 y el 50 por ciento y limpiando con cierta frecuencia aquellas zonas de mayor concentración de humedad como baños, cocinas y sótanos, colocando incluso humificadores en los lugares que así lo requieran.

En el caso de que sea el polvo el agente que provoque su conjuntivitis alérgica, hay que tratar de no exponerse a él, sobre todo, en el dormitorio. Son muchos los recursos que pueden ayudar a no sufrir una exposición demasiado intensa. Entre otros, destaca la limpieza con trapos húmedos para atrapar el polvo, o el lavado de las sábanas con mayor frecuencia de la habitual.

Son abundantes también los casos de alergias producidas por mascotas, por su condición de portadores de ácaros, pelos, polen, etc. Por ello, evite el contacto cuanto sea posible, tratando de mantenerlas fuera de casa. Es más que recomendable evitar que entren en el dormitorio, pues así habrá más posibilidades de que pueda descansar tranquilo en un lugar libre de alérgenos. No olvides lavarte siempre las manos y la ropa tras el contacto directo con el animal y evita frotarte los ojos, pues solo conseguirás que se irriten más.

Lágrimas artificiales, un alivio óptimo
Son uno de los mejores métodos para aliviar temporalmente las alergias oculares y para ayudar a limpiar los alérgenos depositados en el ojo. Asimismo, alivian la irritación y sequedad de los mismos, proporcionándoles humedad. No hace falta prescripción médica para su compra y pueden usarse con frecuencia. De manera, también se pueden emplear gotas descongestionantes que ayudan a reducir el enrojecimiento de los ojos que producen las alergias. En el mercado se pueden encontrar con o sin antihistamínicos. No obstante, estos productos no deben utilizarse más de dos o tres días seguidos, pues pueden producir el efecto contrario.



Antihistamínicos orales o en gotas
Los antihistamínicos pueden emplearse de dos formas diferentes: por vía oral o en gotas directamente a los ojos. En el primer caso, si bien pueden resultar de utilidad hay que indicar que pueden llegar a causar resequedad e incluso agravar los síntomas de la alergia ocular. Las gotas, en cambio, sirven para aliviar la comezón y estabilizar los mastocitos (células cebadas), contribuyendo a prevenir alergias de los ojos. Utilízalas dos veces al día para aliviar los síntomas de la alergia.

Corticosteroides e inyecciones
Se trata de gotas de esteroides que ayudarán a tratar la alergia, ya sea crónica y severa, como comezón, enrojecimiento e hinchazón. Si los síntomas no llegan a ser evitado por estos métodos (gotas o medicamentos), la inmunoterapia (vacunas) puede ser el método más adecuado para aliviar las alergias oculares. A través de ella, es posible recibir dosis muy reducidas de alérgenos, las cuales se irán progresivamente incrementándose para ayudar así a que el cuerpo se convierta en inmune a dichos alérgenos.


En cualquier caso, siempre hay que poner en mano estos casos en manos de profesionales médicos, que sabrán ayudarte a encontrar el mejor tratamiento para tu salud.

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