Epífora

Es el lagrimeo continuo y/o excesivo. Puede estar causada por excesiva producción de lágrimas por un estímulo externo que actúa como irritante, por ejemplo exposición al frío, ambientes contaminados, sustancias químicas, cuerpos extraños o úlceras en la córnea. También por procesos que causen inflamación de la superficie ocular, por ejemplo una conjuntivitis aguda.

En otras ocasiones la causa es un defecto en el sistema de drenaje lagrimal, debido a una disposición anormal del párpado (ectropión) u obstrucción a nivel del conducto nasolagrimal o del saco lagrimal.

Las causas más frecuentes de lagrimeo por aumento de la producción de lágrimas son:

Sequedad ocular reumática, rinitis alérgica y conjuntivitis alérgica (reflejos lagrimales producidos en respuesta a la sequedad de la superficie ocular). Cualquier trastorno que provoque irritación conjuntiva o corneal puede aumentar la producción lagrimal. Sin embargo, la mayoría de los pacientes con trastornos corneales que provocan exceso de lagrimeo (p. ej., abrasión corneal, úlcera corneal, cuerpo extraño corneal, queratitis) presentan ojos con síntomas distintos del lagrimeo (p. ej., dolor, enrojecimiento). Del mismo modo, el glaucoma de ángulo cerrado primario y la uveítis anterior pueden provocar lagrimeo, pero tienen es más probable que den lugar a otros síntomas, tales como dolor y enrojecimiento.

Las causas más frecuentes de disminución del drenaje nasolagrimal son: 

Estenosis lagrimal idiopática (es la causa más frecuente de epífora inexplicable relacionada con la edad), dacriocistitis, ectropión, cuerpos extraños (p. ej., piedras, infección subclínica por Actinomyces); sin embargo, también hay que considerar los tumores.

La obstrucción también puede ser una malformación congénita.

Muchos trastornos por fármacos pueden causar estenosis u obstrucción del drenaje nasolagrimal.


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